¡Buen día, Espíritu Santo!
Tú me escogiste el día en que soñaste en mi,
y hoy, aquí en mi presente, en ésta mañána,
quiero escogerte a Tí, Divino Espíritu,
como mi Dios presente, mi Dios Santo,
mi Dios Vivo, mi Dios amigo y compañero.
Te escojo a Tí, dador de toda Vida,
Lleno de Gracia,
Dios Uno y Trino,
Dios de toda Bondad,
Rico en Misericordia,
Bondad sin límites...
Ven y completa la obra que un día iniciaste.
Sella con tu Presencia cada rincón de mi vida,
cada espacio vacío, cada espacio oscuro...
¡Llena con Tu Luz mis tinieblas!
Quiebra mis quebrantos
y levántame alto, alto Contigo!
y en ése estar en Vos y con Vos,
me mueva, me rinda, me sumerja
¡Amén!
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