¡Buen día, Espíritu Santo!
Mi primer pensamiento a Ti se dirige:
¡estoy aquí!
Estoy esperando por Ti.
Sé que Tu aliento me ha sostenido,
sé que Tu Gracia me ha regenerado,
que has sido escudo y fortaleza.
Ahora, al comenzar a caminar el día te pido:
¡Renueva lo desgastado!
Inflama mis entrañas con el Amor siempre Nuevo
que de Ti brota como una Fuente Viva,
Pura y Santa!
Fortalece mi ánimo,
enséñame a enfrentar la vida confiadamente.
Porque en Tí están mis fuerzas,
en Ti, y sólo en Ti están mis seguridades,
Aquí estoy, listo y presto para escucharte:
¿qué podemos hacer juntos hoy?
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