¡Buen día, Espíritu Santo!
Tu gracia en la mañana viene a visitarme
y encuentro dentro de mi,
en rincones donde nunca he buceado,
en áreas donde nunca he pisado,
revelado el secreto de Tu Corazón.
Si en la tribulación te he invocado,
si en la prueba he confiado,
fue Tu Alianza y Tu Palabra
aquello que movió mi querer, mi pensar y mi obrar.
No temo ir Contigo a aguas más profundas,
lo deseo, lo necesito.
Enséñame en el día a guardar fielmente
los tesoros confiados,
Muéstrame como servirte en ellos y desde ellos.
Amén!
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