Cada uno de nosotros tiene un corazón adorador que necesita ser trabajado, desarrollado para crecer en el don de la adoración. Repito: esta indisposición que tu sientes para adorar no es tuya, y superarla es un don de Dios que quiere darnos por la acción del Espíritu Santo, pero es necesario acogerlo. El corazón de adorador no es algo que compramos con nuestros esfuerzos, pero acoger con nuestra libertad. Es un ejercicio continuo y frecuente de todos los días, es un trato de fidelidad y sinceridad con Dios, un deseo de también demostrar a Él todo nuestro amor.
Muchas niños dan trabajo a la hora de comer, pero la madre hace de todo e inventa mil formas para que ellas coman, porque sabe que la alimentación es necesaria. Muchos pediatras hasta aconsejan dejarlos sentir hambre, pero la madre no consigue esperar y lucha contra la indisposición del niño. La misma cosa sucede con el niño que esta dentro de ti, desgraciadamente, existe esta indisposición para la adoración. Es necesario luchar e insistir contra esta indisposición.
Cuando se lucha, la indisposición se va deshaciendo de a poco; y cuando menos lo esperes, ya estarás adorando. Es necesario perseverancia; y vas ver el resultado. Independiente del tiempo que la persona tiene para adorar, ese tiempo no es en vano; al contrario, es muy valioso.
Mons. Jona Abib
Fuente MENSAJE DEL DÍA PORTAL CANCION NUEVA
adaptación del original
No hay comentarios:
Publicar un comentario