Al comenzar la semana
mi mente y mi corazón se despierta a la vida
sabiendo que no habrá semana sin enfrentamientos.
Dame la gracia de levantarme consciente,
con la madurez de aquel que sabe que la vida
esta hecha de conflictos y de batallas.
Dame la gracia de no "renegar" de cada uno de esos tiempos
en que estoy llamado a descubrirte presente,
cercano, unido y sanamente dependiente de Ti.
Dame la gracia de amar en medio de los embates.
La gracia de alegrarme en medio de las luchas.
Dame sabiduría para identificar aquello que debe enfrentarse,
aquello que debe reconciliarse,
aquello que debe conciliarse...
¡Dame discernimiento!
Para no convertirme en un agresor,
ni crear dentro de mi el espíritu de víctima.
Sé que la tierra prometida me espera,
la tierra de Tu Corazón que es mi abrigo y mi esperanza.
¡Amen!
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