lunes, 18 de mayo de 2015

¡Buen día, Espíritu Santo!


Padre Bueno y Misericordioso,
Tú que preparas una casa para el desvalido,
Tú que liberas cautivos y los enriqueces,
Tú que eres padre de huérfanos y al levantarte,
dispersas a los enemigos:
¡Visítanos con Tu Gracia al amanecer!
Que nuestros enemigos más hondos y escondidos,
nuestros miedos y recelos,
nuestros odios, rencores e incomprensiones,
Que nuestras miserías y debilidades,
aquellas que nos arrastran a valles de angustia y desesperación,
por el poder del Nombre de Tu Hijo,
en la mañana se disipen como la niebla.
Danos Tu Espíritu Santo,
Danos la gracia de Pentecostes,
y renovado nuestro ser,
movidos por Tu Amor,
nuestros trabajos y desvelos nos conduzcan a Tu Corazón.
Amén!

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