Nada en éste mundo,
más allá de la experiencia de Dios que poseemos,
es capaz de conferir equilibrio a quien quiera que sea.
Normalmente ese asunto nos interesa a todos porque deseamos encontrar una manera de tener equilibrio en la vida, principalmente en lo afectivo.
Si andamos por caminos tortuosos, si no sabemos escoger bien nuestros amigos,
todo será aún más difícil. Por lo tanto, quien enfrente desorientaciones o desequilibrios, en verdad, cosas tan normales, debe volverse para una cuestión fundamental: Dios.
Me gustaría mucho que pensases sobre como describirías tu experiencia de Dios.
Si puedes, lo mejor mejor será que lo escribas y lo compartas con alguien.
Será como una brújula. Vas a ver!
Con oraciones,
Ricardo Sá
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