San Paciano (¿-c. 390), obispo de Barcelona
Homilía sobre el bautismo 6-7; PL 12, 1093-1094
“Si el Hijo os hace libres, seréis libres de verdad.”
Hermanos, por el bautismo accedemos a un nuevo nacimiento... “Si hemos puesto nuestra esperanza en este mundo, somos los más desgraciados de los hombres.” (cf 1Cor 15,19). La vida de este mundo, como lo veis, puede ser igual de larga para los animales, las fieras y los pájaros como para los hombres, e incluso más larga. Pero lo que le es propio al hombre es lo que Cristo nos dio por su Espíritu --la vida eterna—a condición de renunciar al pecado... “Porque la paga del pecado es la muerte, pero el don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Rm 6,23)
Hijitos, acordaos sobre todo de esto: Antiguamente, las naciones estaban bajo el dominio de las tinieblas. Ahora, nosotros hemos sido liberados, gracias a la victoria de Jesucristo, Nuestro Señor. Él nos ha redimido...Ha liberado a los encadenados y ha roto nuestras cadenas, como dijo David: “El Señor levanta a los oprimidos, el Señor desata a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego” (Sal 145,7) Y en otro lugar: “Has roto nuestras cadenas, te ofreceré un sacrificio de alabanza..” (Sal 115,16) Sí, hemos sido liberados de nuestras ataduras, convocados por el Señor para el sacramento del bautismo...liberados por la sangre de Cristo y por la invocación de su nombre...
Pues, amados míos, somos bautizados una vez por todas, liberados una vez por todas, acogidas en el reino inmortal una vez por todas. Una vez por todas somos felices porque nuestros crímenes han sido perdonados, borrados nuestros pecados. (cf Sal 31,1) Guardad con firmeza lo que os ha sido dado, conservadlo con alegría, no pequéis más. En adelante, guardaos puros e irreprochables para el día del Señor.
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