¡Experimentamos la ansiedad, pero podemos vencerla!En el fondo, la ansiedad es falta de fe. Nos ponemos ansioso porque no nos sentimos seguros ante lo que vendrá. El niño se pone ansioso en Navidad por que no está seguro si su regalo estará en el árbol de navidad. El alumno se pone ansioso antes de la evaluación porque no sabe cómo le va a ir. Incluso cuando piensa que le fue bien, al momento de recibir su prueba corregida, siente también un frío en el estómago y se pregunta: “¿y si respondí todo mal?”.
Para la ansiedad, la única respuesta que nuestro corazón humano e inseguro consigue dar es el inmediatismo y la prisa. Si crees que alcanzarás la victoria y entiendes que ese triunfo no es terreno ni humano, sino es la victoria de la cual participamos con Cristo, que ya Él nos dio en la cruz, ¿por qué estar ansioso?
Necesitamos entender que el tiempo de Dios no es igual al nuestro. Él es el herrero que sabe cuándo estamos listos para salir de la hornalla para ser moldeados. Debemos hacer nuestra parte y entregarle a Él, en fe, nuestra ansiedad, pues de Él dependen todos los resultados.
Tu hermano,
Welligton Jardim (Eto)
fuente Portal Canción Nueva en español
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