sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo”.
Juan 20, 22
Hoy celebramos la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Para entender el significado de la partida de Jesús y la llegada del Espíritu Santo, suponga que usted mira la puesta del sol. Cuando el astro baja, pareciera llevarse a todo el mundo consigo. Mientras tanto, la luna está en lo alto del cielo, pero es tan pálida que apenas se ve. No pareciera contribuir en nada a la tierra.
Luego, se observa algo curioso y hermoso. Mientras más baja el sol, más empieza a brillar la luna, y cuando el sol desaparece del todo, la luna se ha transformado por completo. Es ahora el objeto más luminoso del firmamento. Y al mirar alrededor uno se da cuenta con sorpresa y agrado que el mundo antiguo no sólo ha sido completamente restituido, sino que se ha hecho nuevo, luminoso y emocionante. Sólo cuando el sol se ha retirado uno puede ver cuál es la contribución que hace la luna.
Esto ayuda a entender algo de lo que Jesús quiso decir cuando explicó que era necesario para los apóstoles que él se fuera, porque si no lo hacía el Espíritu Santo no vendría. Si el Señor hubiera permanecido siempre con ellos físicamente, ellos nunca habrían madurado en su fe.
Nadie demostró más respeto y confianza en ellos que Jesús. Sin jamás dominarlos, les dio una gran oportunidad para brillar, porque les entregó todo su trabajo a ellos, aunque sabía que todavía necesitaban ayuda, y por eso les envió al Paráclito.
Lo que hizo el Espíritu fue sacar a la luz lo que ya estaba en ellos, y lo hizo despertando energías que ellos no sabían que tenían, y ellos fueron capaces de hacer cosas que no habrían pensado que pudieran hacerlas. Después de Pentecostés, tenían el corazón ardiente y el soplo del Espíritu los iba impulsando.
“Espíritu Santo, Señor y Dios nuestro, te rogamos que nos ayudes a experimentar el poder y los dones que hemos recibido; para poner en acción ese poder y los dones, de modo que también lleguemos a ser buenos testigos de Cristo.”
Hechos 2, 1-11
Salmo 104(103), 1. 24. 29-31. 34
1 Corintios 12, 3-7. 12-13
fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros
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