El enemigo quiere que te conviertas en un esclavo de dos síntomas: el miedo y la enfermedad "Porque me sucedió lo que más temía y me sobrevino algo terrible" (Job 3: 25). No podemos volvernos esclavos del miedo; por el contrario, tenemos que luchar contra este sentimiento, confiando siempre en Dios. En verdad, lo que el enemigo quiere es que nos quedemos sumergidos en enojos y sublevados contra Dios y con las personas que nos rodean.Por eso, si estas enfermo, reza, pide oración y busca un médico. Ese profesional tiene medios para ayudarte. No te entregues a la desesperación, porque la medicina proviene de Dios (cfr. Eclesiástico 38: 9-12).En el momento del dolor, abandónate en las manos del Señor, lucha para no murmurar y no entregues tu alma a la tristeza . Únete a la Cruz de Cristo, ofrece todo tus sufrimientos en reparación por los pecados cometidos contra el Corazón de Jesús, por la conversión de los pecadores, para la conversión de tus familiares y por las almas del purgatorio, entregando todo como sacrificio agradable al Señor.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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