«La importante dimensión ecuménica del viaje a Rumania culminó en la solemne oración del Padre Nuestro, dentro de la nueva e imponente catedral ortodoxa de Bucarest. Este fue un momento de fuerte valor simbólico, porque el Padre Nuestro es la oración cristiana por excelencia, patrimonio común de todos los bautizados. Nadie puede decir “Padre mío” y “Padre vuestro”; no, “Padre Nuestro”, patrimonio común de todos los bautizados. Manifestamos que la unidad no merma la diversidad legítima. ¡Qué el Espíritu Santo nos guíe a vivir cada vez más como hijos de Dios y hermanos entre nosotros!»
Francisco
Audiencia General 05-06-2019
Viñeta: Leonan Faro
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