jueves, 2 de enero de 2020

Permanecer Contigo

Así pues, hijos míos, permanezcan en él. (1 Juan 2, 28)

Señor, tú sabes que yo quiero permanecer en ti. Quiero estar cerca de ti en todo momento; pero también sé que no siempre lo hago, pues a menudo me distraigo y no se me ocurre invocar tu santo Nombre cuando estoy en problemas. A veces me siento tan ocupado que me olvido de ti; por eso ahora te pido que me ayudes. No sé qué me deparará este año nuevo, qué alegrías experimentaré o qué pesares y problemas tendré que afrontar. Pero, en todo lo que suceda, quiero estar a tu lado.

Señor, enséñame a permanecer en tu amor, pues tu amor es lo que le da sentido a mi vida y me llena de gratitud. Sabiendo que soy valioso a tus ojos me anima a no sentirme desalentado, especialmente cuando veo mis flaquezas y carencias. Necesito permanecer en tu amor, Señor, porque sin tu amor no puedo ser amable y bondadoso con aquellos que tú has puesto en mi vida. Quiero amarlos como tú me amas a mí, incluso a aquellos otros que me cuesta mucho tratarlos con bondad o paciencia.

Señor, ayúdame a permanecer en tu fortaleza. Enséñame a buscar tu gracia cada mañana al empezar un nuevo día y te doy gracias por concederme tu gracia para ayudarme a cuidar a mi familia y llevar a cabo la obra que me has encomendado. Tu fuerza me sostiene cuando me encuentro en dificultades y me infunde la capacidad de seguir adelante cuando me siento débil.

Señor, ayúdame a permanecer en tu alegría. Quiero mostrarle al mundo el tipo de confianza y libertad que proviene de una relación personal contigo. Quiero tener una buena disposición para atraer a otros hacia ti. Por eso te pido, Señor, que me llenes de tu alegría, no solo cuando todo me sale bien, sino también cuando la vida se hace difícil.

Señor, una y otra vez me llamas con los brazos abiertos invitándome a permanecer en ti, y yo no quiero estar en ningún otro lugar. Por eso, cuando no me acerco a ti, por favor, recuérdame suavemente que me estás esperando. Ven, Señor y Salvador mío, y ampárame bajo la sombra de tus alas cada día de este año nuevo.
“Padre eterno y misericordioso, gracias por enviar a tu Hijo a permanecer conmigo este año.”
Salmo 98 (97), 1-4
Juan 1, 19-28
fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros

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