Señor y Padre Nuestro,
la luz de tu misericordia clamamos en la mañana sobre nosotros.
Que ella nos alcance,
nos abrace, nos cubra...
Para ver claro el sendero,
para discernir los signos,
para adquirir un nuevo mirar...
porque andamos extraviados, perdidos, sin rumbo cierto.
¡Que nos alcance pronto!
Y así cantaremos tus alabanzas,
porque habremos encontrado por Tu Gracia,
por Tu asistencia, Tu amor y Tu Compasión
la única y verdadera Salvación.
Y así no habrá sobre nosotros ya condena a muerte,
ni la desesperanza tendrá espacios,
ni la angustia anidará en nuestras mentes,
Y nuestros pies no vacilarán,
porque el gemido de nuestro corazón cautivo
encontró en Tí liberación.
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