No te cargues tanto con las cosas de este mundo, sino que cuida de tu propia paz y vive con Dios.
El rasgo característico de cada uno de nosotros es la base de nuestro paso a la eternidad. Si somos serenos y mansos, entraremos a la legión de los santos. Sobre éstos el Señor ha otorgado el don de Su Gracia, y en sus almas no es posible encontrar alguna de las particularidades de este mundo.
Si alguien le ofende, el manso no se inmuta. Lo pueden golpear, que él no se enfadará, porque su alma es guiada por el Espíritu Santo. Por eso, a ti te digo: tranquilízate. No te cargues tanto con las cosas de este mundo, sino que cuida de tu propia paz y vive con Dios. ¡Aprende a dejarlo todo en manos del Señor!
(Traducido de: Starețul Tadei de la Mănăstirea Vitovnița, Cum îți sunt gândurile așa îți este și viața, traducere de Valentin Petre Lică, Editura Predania, București, p. 70)
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