¡Del prestigio de la Iglesia todos se llevan algún pedacito...! Pero cada uno será juzgado por sus obras y su fe. El hombre que cumple con su deber, en donde quiera que esté, con temor de Dios y con respeto a las leyes y a sus semejantes, es un cristiano verdadero. A la iglesia vienen tanto ricos como pobres, personas que realmente viven “en” Cristo y otras aún llenas de dudas, así como algunos otros que aún buscan el camino a seguir… Lo importante es recibir a todos con la misma calidez y disposición para ayudarlos, si lo necesitan. Este es el rol de la Iglesia, estar ahí cuando sus fieles la necesiten.
(Traducido de: Adrian Alui Gheorghe, Părintele Iustin şi morala unei vieţi câştigate, Editura Credinţa Strămoşească, pp. 114-115) - Foto: Oana Nechifor
Traducción y adaptación: Jose David Menchu
Fuente: Omul care îşi face datoria, cu frică de Dumnezeu şi cu respect pentru lege, acela este un creştin adevărat
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