Con Jesús por la mañana.
La primera comunidad de Jerusalén, después de la resurrección, era un pequeño retoño. Y en ella se encarnaba toda la fuerza del anuncio del Reino, así como en la semilla ya está en germen la cosecha. También en las pequeñas novedades de cada día, en tus renovadas fuerzas, tus capacidades, tu trabajo, en una sonrisa, Jesús te propone que lo descubras a Él. La fe es una mística de ojos abiertos, de descubrir a Dios en toda realidad. Presta atención, que tu fe sea hecha de sorpresas. ¿Qué retoños germinales te sorprenden hoy? Ofrece tu día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde.
“Jesús les contestó: ¿Ahora creen?” (Jn 16, 31). Sigue descubriendo a Dios en todos los acontecimientos y pregúntate ¿Qué cosas te hablan de Dios en tu día? Dile a Jesús ante cada sorpresa “Jesús, te creo, eres Tú”.
Con Jesús por la noche.
Descubre la novedad. Cada día es una oportunidad que trae novedades para ti y en ellas, Dios se te hace presente. Pasa por el corazón lo que has vivido, personas, acontecimientos, lugares ¿Cuál fue la novedad de Dios para ti hoy? ¿Cómo has vivido esas novedades? ¿Qué aprendiste? Agradece a Dios.
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