Con Jesús por la mañana.
“Sobre la vida humana en África se ciernen serias amenazas. Hay que deplorar, como en otras partes, los estragos del abuso de drogas y el alcohol, que destruye el potencial humano del continente y afecta especialmente a los jóvenes. El paludismo, la tuberculosis y el sida. La defensa de la vida comporta también la erradicación de la ignorancia mediante la alfabetización de la población y una educación de calidad que abarque a toda la persona.” (Benedicto XVI). Ofrece algo a una organización que trabaje para disminuir estos males. Ofrece lo de hoy por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde.
“Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre, pidan y recibirán para que su alegría sea completa.” (Jn 16,24). Sólo Jesús saciará definitivamente nuestra sed y nuestras necesidades, tú ayudas a Jesús a saciar las necesidades de los hermanos siendo instrumento en sus manos. Repite al ritmo de tu respiración “Aquí estoy Señor para ayudar a mis hermanos”, mientras llevas adelante el propósito del día.
Con Jesús por la noche.
Trae a las personas. Trae a la memoria a las personas que has encontrado hoy. ¿Cómo han sido esos encuentros? ¿Cómo fue tu acogida? ¿Reconoces que las personas son regalos que Dios te acerca cada día? ¿Qué has podido hacer por los demás? ¿Hay alguien que necesite una disculpa? Agradece el don de la vida en ti y en tus hermanos.
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