jueves, 25 de mayo de 2017

Haciendo de nuestra vida familiar un Paraíso

La familia es un organismo unitario.

La familia es un organismo unitario. Por eso, los esposos deben saber cómo interactuar, sirviéndose coordinadamente el uno al otro y al propósito de su vida en común.

Hay una relato que dice que a una persona le mostraron el infierno y luego el Cielo. Al principio vio una inmensa sala de banquetes, llena de todo tipo de manjares, pero los comensales tenían atados a las manos unos tenedores grandísimos, de un metro de longitud, de tal forma que no conseguían llevarse nada a la boca. Agobiados, se afanaban en coger algo con aquellos instrumentos, pero sólo lograban herir y ensuciar a quienes estaban alrededor, sin poder probar un triste bocado.

Después de esto, a nuestro hombre le mostraron el Cielo. Para asombro suyo, vio la misma sala de banquetes, con las mismas personas y los mismos tenedores atados a sus manos, pero todos parecían contentos y satisfechos. Observando bien, notó cómo cada uno de aquellos individuos sabía utilizar diestramente sus cubiertos, pero no para alimentarse a sí mismo, sino a quienes le rodeaban, preguntándose todos, con afecto, qué otra cosa querían gustar.

Esta parábola se aplica muy bien a nuestra vida de familia. En ella debes proceder de tal forma que no sólo tú te contentes, sino también todos los miembros, ayudándolos, apoyándolos, demostrándoles tu humanidad. Nuestra vida de familia se convertirá, así, en un Paraíso en la tierra, aunque también podemos transformarla en un infierno, si pensamos solamente en nosotros.

(Traducido de: Pr. Pavel Gumerov, Conflictele familiale: prevenire și rezolvare, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2013, pp. 75-76)
Traducción y adaptación: Jose David Menchu
Fuente: Viața noastră de familie poate fi Raiul pe pământ
Foto: Oana Nechifor

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