domingo, 3 de septiembre de 2017

¿Cuánto nos ama el Señor?

¡Gloria a Ti, Señor, por Tu inconmensurable Gracia! Las ondas de Tu Gracia me hacen callar, Señor.







¡Oh, quienes tengan discernimiento, vengan y maravíllense! ¡El que tenga un juicio sabio y excepcional, que se asombre de la Gracia de nuestro Creador!

Ella es la recompensa de los pecadores, porque en vez de una retribución justa, Dios les paga con la resurrección y reviste sus cuerpos —los mismos con los que quebrantaron Su ley— con la gloria de la inmortalidad. Esta Gracia, que nos hace renacer después de haber pecado, es más grande que esa otra que nos trajo a la existencia.

¡Gloria a Ti, Señor, por Tu inconmensurable Gracia! Las ondas de Tu Gracia me hacen callar, Señor. Porque no soy capaz de engendrar un solo pensamiento de gratitud que sea digno de llegar a Ti. ¿Con qué clase de pensamientos podría presentarme ante Ti, Bondadosísimo Soberano, Que tanto amas nuestra vida?

¡Gloria a Ti por los dos mundos que creaste para nuestro crecimiento y felicidad, alzándonos por medio de todo lo creado al conocimiento de Tu gloria, hoy y por los siglos de los siglos!”.


(Traducido de: Sfântul Isaac Sirul, Cuvinte despre sfintele nevoințe, traducere, introducere şi note de Pr. Prof. Dumitru Stăniloae, în „Filocalia”, vol. X, Editura Institutului Biblic și de Misiune al Bisericii Ortodoxe Române, Bucureşti, 1981, pp. 315-316).- Fuente: Doxologia

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