«Siempre, incluso hoy, la tentación es aquella de querer seguir a un Cristo sin cruz, es más, de enseñar a Dios el camino justo… Cada vez que participamos en la Santa Misa, el amor de Cristo crucificado y resucitado se comunica a nosotros como alimento y bebida, para que podamos seguirlo a Él en el camino de cada día, en el concreto servicio a los hermanos. María Santísima, que ha seguido a Jesús hasta el Calvario, nos acompañe también a nosotros y nos ayude a no tener miedo de la cruz, pero con Jesús crucificado, no una Cruz sin Jesús: la Cruz con Jesús, es decir la cruz del sufrir por amor a Dios y a los hermanos, porque este sufrimiento, por la gracia de Cristo, es fecundo de resurrección»
Ángelus del 03092017
viñeta / dibujo Leonan Faro
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