La salud comienza por los pensamientos,
por la cabeza, por la mente.
No dejes que tus pensamientos divaguen,
ni dejes tu mente suelta ni que el tormento mental tome posesión de ti.
La higiene mental es tan importante como la higiene personal.
Purifícate de los pensamientos maliciosos, tortuosos,
de recuerdos y mas recuerdos.
Compenétrate de lo esencial y de aquello que alimenta tu cabeza de cosas positivas y verdaderas.
Existen mentes que funcionan 24 horas llenas de preocupaciones,
tensiones y de muchas ilusiones y desvelos.
Cabezas divagando en cosas del pasado,
cultivando resentimientos, heridas y venganzas mentales.
Muchas veces maquinando y deseando algo negativo a quien le perjudicó o le hizo algún mal o le provocó. Y cuando no se consigue el frente-a-frente, se lo hace mentalmente.
Se articulan, piensan y alimentan peleas con personas en situaciones como si fuese real.
No hay nada más perjudicial para nuestra salud mental que vivir rumiando los malos recuerdos, cultivando recuerdos y cosas negativas que personas y situaciones siembran en nosotros.
La lucha por la paz interior comienza en nuestra cabeza.
Si las cosas buenas nacen de buenos pensamientos, las cosas malas nacen de malos pensamientos.
Inclusive muchas enfermedades como la jaqueca, el insomnio, las úlceras, problemas estomacales, depresión, cáncer y tantas otras, comienzan en nuestra cabeza.
Cuidate de los fantasmas que se alojan dentro tuyo.
Ellos empujan otras realidades fantasiosas y hasta llegar a imaginar cosas que no existen.
Transformamos pequeños problemas en monstruos dentro de nosotros.
Y lo peor de todo es que ellos generan la peligrosa ansiedad que no nos permite vivir el tiempo presente, sino que nos vuelve impulsivos alimentando expectativas no reales.
Exceso de preocupación no resuelve los problemas,
apenas crea otros.
No te olvides que nuestra salud física pasa por nuestra salud mental.
p. Roger Araujo.
fuente: Facebook personal
No hay comentarios:
Publicar un comentario