Somos piedras preciosas
Cada día, es más claro cómo el mundo esta sediento de amor. Vemos personas mendigando por amor en las calles, en las redes sociales, en la televisión.
La ausencia de amor hace con que muchos se sometan a todo para ser vistos y así, quien sabe, se sientan importantes. Se usa lo que la moda dice que usaemos (ropas, cortes de cabello, tatuajes y estilos musicales), pero eso parece no llenar, parece no ser suficiente. Las personas quieren llamar la atención con la apariencia, gastan lo que tienen y lo que no tienen para parecer bellos y se exponen, como nunca, para conquistar algunos elogios y algunos “me gusta” en el Facebook.
¿Qué es lo que está equivocado? ¿Somos nosotros los que no somos valorados y amados o no nos valorizamos ni nos amamos? Existe una gran diferencia entre estas dos realidades. ¡Necesitamos revisar nuestra historia!
¡A menudo, las heridas del pasado, algunas palabras que escuchamos y el rechazo que sufrimos generan en nosotros la sensación de que “no valemos nada”! ¡Cuántos no consiguen mirarse en el espejo y verse, porque no se encajan en el perfil de la perfección dictado por los medios de comunicación, por las revistas y otros!
Hemos sido creados a partir de un sueño de Dios, fuimos creados con cariño, y Él nos ama y nos quiere ver felices. No es necesario convencer a los demás de que somos especiales, somos nosotros los que necesitamos mirarnos y amarnos. ¡Cuida de ti! Arregle su cabello, afeitese, compre ropas nuevas…¡Todo eso es muy bueno! Pero, sobre todo, cuida de tu corazón, deje que él haga la experiencia del amor de Dios, de sentir cuidado por Él, porque es de ese amor que él necesita.
Si tomamos una piedra preciosa y la tiramos en el barro, ella seguramente se va quedar toda sucia; tal vez, incluso desaparezca en medio de la basura, pero continuará siendo una piedra preciosa. Si la tomamos en las manos y la ponemos en el agua corriente, ella al fin será lavada y revelará toda su belleza.
Tal vez, hoy, nos sentirnos inmersos en el barro, en el pecado, nos sintamos mal por nuestro errores, por aquello que las personas nos dijeron, por las sentencias y una centena de razones que pueden hacer con que nos sintamos desvalorizados, pero somos piedras preciosas! Hagámos la experiencia de encontrarnos con Dios y, por medio del derramamiento de Su amor, seamos lavado(a) de todo que hace con que nos sintamos desvalorizados, feos y sucios.
La belleza que nosotros revelaremos, después de esa experiencia, iluminará nuestras vidas y nos traerá mucha felicidad, porque el amor que viene de Dios es todo lo que necesitamos para ser libres.
“Porque tú, Dios mío, tienes en cuenta mis votos y me das la herencia de los que temen tu Nombre” (Salmo 61,6).
Por: Alan Ribeiro Fernandes
www.destrave.cancaonova.com
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