Que entienda tus señales
Que hablas conmigo, lo sé!
Que me mandas señales, lo sé.
Yo aún no sé oir tu Voz, ni tener certeza de que es ella la que me habla.
Tu Voz todavía no suena en mis oídos y no soy muy bueno en distinguir voces interiores ni saber si viene del Señor o de mi propia imaginación.
La imaginación ya me engañó muchos creyentes que apostaron que era tu Voz y no lo era.
Pero, que me das señales, yo sé que es así.
Soy yo que, la mayoría de las veces, no sé descifrarlas.
Que te comunicas, es cierto.
El problema soy yo, que no siempre capto.
Si puedo pedir, -sé que puedo-, la Gracia que pido es que me enseñes a leer tus señales y oír tu Voz verdadera.
Quiero saber distinguir las voces falsas que, en verdad son deseos míos, disfrazados en revelación.
Enséñame a distinguir las voces que me hablan al corazón.
Todavía no sé lo que es Tuyo y lo que no lo es; lo que es mío y lo que no lo es.
Me gustaría que respondieses del modo en que yo imagino que responderías.
Pero la realidad es otra, eres Libre.
Enséñame a oír lo que tienes que decirme y a no imaginar que dijiste lo que me gustaría que hubieses dicho.
Pe. Zezinho, scj
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