¡Buen día, Espíritu Santo!
Tú que con Amor diligente,
cuidadoso y paciente has sostenido mi descanso;
Tú que despiertas la naturaleza, sus fuerzas y su belleza,
Tú que eres Luz de los que en Ti creen,
¡Ven! ¡Llena! ¡PERMANECE!
Que la tierra se llene de tu Gloria,
que mis entrañas te reconozcan,
que el mundo entero reconozca el esplendor de Tu Gloria.
Otórgame al comenzar ésta semana
las fuerzas que necesito para alcanzar mis objetivos,
la Fe que mueve montañas,
la Esperanza que espera contra toda desesperanza,
la Caridad que edifica, perdona y libera ataduras.
¡Y séllame!
Con Tu Sello. Con Tu Fuego Santo.
¡Amén!
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