La persona que es osada es usada por Dios. Quien no tiene el coraje de ser usado acaba en la penumbra y prostituye su don.
El salmo de hoy nos ayuda a entender cuán osada es la luz. Por mayor que sea la oscuridad una pequeña luz tiene la osadía de disipar la luz. No digo pruebas, digo penumbras. Cuando existe una "lucecita", ella tiene la osadía de disipar la penumbra.
Comienzo hablando de la luz para entrar en el Evangelio. El rey Herodes oyó hablar de Jesús, cuyo nombre se había vuelto conocido. Muchos no sabían por cierto quién era Cristo. Unos decían que era Elías, otros que era un profeta. Una luz incomodad cuando se quiere quedar en las pruebas.
Juan Bautista estaba incomodando. cuando una luz es percibida como tal ella atrae a quien quiere ser de la luz y repele a quien quiere ser de las oscuridades. Ella provoca y por eso incomoda, por lo tanto, o me escondo o permito ser percibido. Cuando las personas comienzan a vivir por causa del otro, ella entra en las pruebas. Herodes mandó prender a Juan Bautista por causa de Herodías. La luz incomoda a las tinieblas, por eso ella -Herodías- estaba sintiéndose incomoda con Juan Bautista.
La luz es osada, ella no brilla solo para uno. El sol no brilla sol para uno, el brilla para todos. La luz de Juan Bautista comenzó a incomodar a muchos por revelar la verdad. Muchas veces, cuando somos incomodados, queremos eliminar a quien nos incomoda. Hemos eliminado a muchos por habernos incomodado. Pero, te has parado a pensar qué hay detrás de aquello que te incomoda?
Herodes no tuvo el coraje de ser el, prostituyo su propia identidad. Quien vive en la penumbra nunca sabe ser íntegro, entero y quien se acomoda a la penumbra o las tinieblas tiene miedo de la luz. Quien tiene miedo de la "lucecita" vive siempre por la mitad, nunca está entero. La persona no tiene identidad si ella esta de acuerdo con la platea que ella teme.
Luz es luz, no es posible pedir que ella sea luz por la mitad. Los más jóvenes aprenden con los más viejos y si los más viejos no están "enteros" (íntegros) los más jóvenes tampoco lo serán. Padre y madre que no son íntegros, tendrán hijos que tampoco lo serán.
¿Dónde está tu osadía? Cuando no veo mi valor, eso es prostitución. Una de las cosas que mi socaba la osadía de un ministro de música es cuando el no rechaza lo que los otros quieren y sí se rechaza a sí mismo. Cuando te vendes, ¿entregas la cabeza de quien? De tus compañeros de ministerio? de tu parroquia? Eso sucede cuando no tienes coraje de rechazar un pedido de tocar un funk, aún tocando en la Iglesia. Y no rechazas tocar aquella música por causa de quien la pidió de ese modo prostituyes tu don.
Osadía es el acto de osar, no es poesía. Osadía no es un artículo para ser guardado. Osadía no es falta de educación, no es ser tonto. Osadía es hacer o decir algo que la mayoría de las personas no tendría coraje de hacer o decir. Osado es ser innovador, corajudo y valiente.
Juan Bautista era santo, justo, osado y pagó el precio por eso. Puedes pensar: "Es mejor hacer una música que no incomode a nadie". La raíz de la osadía de tu ministerio no está en la cantidad de cds que vendas, la osadía está en el coraje de decir que eres luz. Quien sabe que no va a ser abandonado por Dios es osado. La Biblia está llena de relatos de hombres que fueron osados, que tuvieron el coraje de ser luz, sabiendo que no serían abandonados. Guarda bien ésta frase:
"Sé para Dios como un pájaro que siente la rama temblar y continua cantando sabiendo que tiene alas" (Don Bosco)
No es verdad que muchas veces tu ministerio sintió la "rama" temblar, quebrarse? Tenías aquello que te daba seguridad y de repente eso se esfumó, no lo tenías más. Al perder la seguridad corres el riesgo de vender la identidad. Cuantas veces, sin percibirlo, por aplausos haz hecho eso que no debías hacer.
Ese pájaro es osado y continúa el cantar porque sabe que tiene alas. Volvamos al primer amor, al tiempo en que sabíamos que teníamos alas, al tiempo en que no precisabamos de los aplausos para tocar.
De repente, fuimos llenándonos de miedos, porque "la rama" comenzó a temblar y fuimos cerrando el pico porque olvidamos que tenemos alas. Dios está llamándonos a volver a tener la osadía del inicio, cuando ni había estructuras. Dios te promete que nunca te dejará. Todas las veces en que te olvidas de eso, corres el riesgo de prostituir tu don.
Sería muy bueno que volvieses a la osadía del inicio, del tiempo en que te llamaban loco, fanático, porque vivías la radicalidad del Evangelio. No estoy hablando nostalgias, sino de recordar que tienes alas. Es ridículo cuando el pajarito se olvida que tiene alas y anda arrastrado!
Osadía es tener discernimiento!
Notas tomadas en la homilia del p. fabricio por Miriam Santos Bernandes.
Adaptación del original en português
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