Atento Maestro y Señor
Que a todos escuchas y a todos abrazas, a Vos recurrimos para presentarte a los nuestros que sufren problemas auditivos.
Ponemos ante Vos a los que, desgastados ya por el paso del tiempo, han ido perdiendo la capacidad de escuchar y hoy,
La vida, nosotros, hemos ido aislando.
Ellos no pueden ser participes de charlas, de conversaciones... Han dejado de compartir porque los miedos les han vencido.
El aislamiento no querido les ha ganado terreno.
Y estan los nuestros, los otros que nada quieren escuchar.
Ha sido por decisión propia.
Han elegido ser sordos.
Tal vez el dolor, los desengaños los han endurecido, lo cierto es que ellos, mas que ningun otro necesita abrirse a los nuevos sonidos.
Los que tienen Tu Nombre y hablan de paz y reconciliación.
En Vos esperamos.
En Vos confiamos.
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