Prefacio para la fiesta de la dedicación de una iglesia
«Mi casa será casa de oración
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno,
Por Cristo, Señor nuestro.
Porque en esta casa visible que hemos construido,
donde reúnes y proteges sin cesar,
a esta familia que hacia ti peregrina,
manifiestas y realizas de manera admirable
el misterio de tu comunión con nosotros.
En este lugar, Señor,
tú vas edificando aquel templo que somos nosotros,
y así, la Iglesia, extendida por toda la tierra,
crece unida, como Cuerpo de Cristo,
hasta legar a ser nueva Jerusalén,
verdadera visión de paz.
Por eso, Señor,
te celebramos en el templo de tu gloria,
y con todos los ángeles
te bendecimos y te glorificamos, cantando: «¡Santo, Santo, Santo, Señor Dios del universo!»
el misterio de tu comunión con nosotros.
En este lugar, Señor,
tú vas edificando aquel templo que somos nosotros,
y así, la Iglesia, extendida por toda la tierra,
crece unida, como Cuerpo de Cristo,
hasta legar a ser nueva Jerusalén,
verdadera visión de paz.
Por eso, Señor,
te celebramos en el templo de tu gloria,
y con todos los ángeles
te bendecimos y te glorificamos, cantando: «¡Santo, Santo, Santo, Señor Dios del universo!»
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