El Espíritu Santo puede sorprenderte
Ese mismo Espíritu no se encaja en nuestros moldes y esquemas –Él sopla donde quiere- y siempre nos da una sorpresa. La Madre Teresa de Calcuta siempre decía a sus hermanas: “Reza, para que Dios te sorprenda.” De la misma forma que hizo con Cornelio, el Espíritu Santo puede sorprenderte y caer sobre ti antes de terminar esta lectura (cf. Hch 10,44).
Cuando decimos “ven, Espíritu Santo”, alguna cosa cambia, algo ocurre y Él comienza a estar de un modo nuevo dentro de nosotros, explica Santo Tomás: “Hay una misión invisible del Espíritu Santo toda vez que se realiza un progreso en la virtud o un aumento de gracia […]; cuando alguien pasa a una nueva actividad o a un nuevo estado de gracia: por ejemplo, cuando recibe la gracia de realizar milagros o el don de profecía, cuando, impulsado por un fervor de caridad, se expone al martirio o renuncia a los propios bienes o emprende alguna otra cosa difícil y muy exigente.”
Cuando el Espíritu Santo viene, hace dejar hacia atrás todo el mal, todo lo que es viejo, y torna a la persona que lo invitó una nueva criatura, llena de paz y de alegría. Es una experiencia tan densa y profunda que Jesús la llamó Bautismo en el Espíritu.
La gracia del bautismo en el Espíritu Santo es, antes que todo, don de Dios, pero también depende de la respuesta de las personas. Esa respuesta puede darse a través de gestos muy sencillos, llenos de humildad, arrepentimiento, y una disponibilidad para hacerse pequeño, tornarse de nuevo criatura por causa de Dios. Los grupos de oración de la Renovación Carismática son un lugar privilegiado para que las personas se preparen para recibirlo –por medio de las llamadas “experiencia de oración” o de los “seminarios de vida en el Espíritu”.
Comunidad Canción Nueva
Del libro: “A vida no poder do Espíritu Santo” – Coleçao Dons do Espíritu
fuente Portal Canción Nueva en español
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