San Carlos Borromeo
San Carlos Borromeo fue un santo que tomó muy en serio aquella frase de Jesús: “El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía, la encontrará” (Mateo 16, 25). Nació en una familia acaudalada de Arona (Italia) en 1538. Desde joven dio señales de ser muy estudioso y estricto cumplidor de sus deberes cotidianos. A los 21 años se graduó de doctor en derecho en la Universidad de Milán.
Más tarde, renunció a sus riquezas, se ordenó de sacerdote y llegó a ser obispo, entregándose por completo a la tarea de salvar almas, hacer progresar la religión y ayudar a los más necesitados.
Un hermano de su madre, el Cardenal Médicis, fue elegido Papa con el nombre de Pío IV, y éste, admirado por las cualidades de Carlos, lo nombró Secretario de Estado. Tenía apenas 22 años de edad cuando fue creado cardenal y nombrado protector de Portugal, los Países Bajos y los cantones católicos de Suiza, así como de varias órdenes religiosas.
Con San Ignacio de Loyola, San Felipe Neri y otros se dedicó a combatir los avances de la Reforma protestante y promovió las ideas establecidas en el entonces reciente Concilio de Trento (1545-1563). Para ello, envió a Milán a treinta jesuitas para consolidar la Contrarreforma y adoptó medidas encaminadas a renovar el quehacer del clero: promovió cambios en los libros litúrgicos y la música religiosa, ordenó poner rejas en los locutorios de las religiosas y pidió más severidad y rigor en el cumplimiento de los deberes cristianos.
Decía que un obispo demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a ser santo y que a todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle trabajos para hacer, en vez de tener tiempo de sobra.
Fundó 740 escuelas de catecismo con 3000 catequistas y 40.000 alumnos; y seis seminarios para formar sacerdotes. Redactó para esos institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para organizar sus propios seminarios siguiendo su guía. Es patrono de catequistas y seminaristas.
Finalmente murió el 4 de noviembre de 1584, en Arona, su pueblo natal, donde le fue erigida una inmensa estatua que todavía existe.
“San Carlos Borromeo, modelo de fe, humildad, pureza, y constancia en el sufrimiento, ayúdame a ser fiel testigo de la fe, para que yo llegue un día a disfrutar contigo de la gloria del cielo.”Filipenses 3, 17–4, 1
Salmo 122(121), 1-5
fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros
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