domingo, 13 de noviembre de 2016

No voy a desanimarme!

¡Yo no quiero y ni puedo desanimarme!

Señor, no voy a desanimarme. Por tu gracia, Señor, sea cual sea el sufrimiento, o las persecuciones.
Jesús nos dijo: “En el mundo tendrán tribulaciones. ¡Coraje! “Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).


Delante del mundo, nosotros parecemos tontos, porque estamos desperdiciando la vida. Pero, es lo contrario porque el Señor nos da la vitoria de la eternidad. Somos más que vencedores, porque Jesucristo venció el mundo. Somos despreciados incluso por las personas de nuestra casa –cuantos esposos o esposas siendo despreciados por causa de Jesús, pero debes saber que tu sufrimiento va a ser materia prima para la salvación de los tuyos. Hasta el momento presente sufrimos, cuantas veces callamos, cuantas necesidades pasamos porque estamos contra el mundo, vivimos como los errantes, somos los débiles y tristes, pero sabemos de la vitoria de Dios.
Somos calumniados y cuantas puñaladas recibimos por las espalda, pero hoy Dios quiere consolarnos, porque sabemos y creemos que todo podemos en aquel que nos fortalece. Nosotros soportamos, no podemos desanimarnos, queremos continuar siendo cristianos y queremos rezar por nuestros perseguidores, rezamos por nuestros enemigos, y todo eso por la gracia de Dios.
Llegamos a ser como la “basura del mundo”, la “escoria” hasta ahora. Tu sabes cuanto abono y estiércol es necesario para que la tierra produzca frutos. No puedo desanimarme, no quiero y ni voy a desanimarme; por el contrario voy a luchar más, voy a donarme más.
Te invito, vé hacia adelante y sé un buen cristiano, continua tu ministerio; padres y madres, quiten a sus hijos de las garras del lobo, engendren a sus hijos para la salvación. El lobo esta ahí para robarles a los suyos y llevarlos a la perdición, pero ustedes necesitan arrancarlos del mundo. Hay muchas personas que pueden ser regenerados por sus rodillas dobladas en oración.
Todo puede ser cambiado por la oración y les digo: todo puede ser cambiado por la oración, por tu oración
Ya que has cumplido mi consigna de ser constante, yo también te preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra.Yo volveré pronto: conserva firmemente lo que ya posees, para que nadie pueda arrebatarte la corona.Haré que el vencedor sea una columna en el Templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Y sobre él escribiré el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios –la nueva Jerusalén que desciende del cielo y viene de Dios– y también mi nombre nuevo».El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias».Escribe al Angel de la Iglesia de Laodicea: «El que es Amén, el Testigo fiel y verídico, el Principio de las obras de Dios, afirma:«Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
Con Jesús celebra la victoria, tu ya eres victorioso porque estas soportando.

Tu hermano
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva

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