domingo, 13 de noviembre de 2016

Origen y formación de la literatura israelita en general

Origen y formación de la literatura israelita en general.

Constituido Israel en pueblo escogido se preocupó muy pronto de la consignación escrita de sus leyes, su historia y el mensaje de los profetas. Surgió así la literatura israelita que estudiamos aquí. Veamos, a grandes rasgos, como se forma y desarrolla esta literatura israelita:

Literatura histórica
Ello da origen a una amplia literatura de tipo histórico en la que se narra la vida de los Patriarcas; la obra de Moisés hasta el asentamiento en Palestina; la formación de la monarquía israelita, y su plenitud con David y Salomón y su posterior decadencia. Los libros que componen esa literatura son: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio (que componen el Pentateuco), Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes.

Algunos de esos libros no fueron compuestos de una sola vez, sino que recogen fuentes y tradiciones anteriores. Por algunas referencias que se hacen en ellos cabe deducir la existencia de libros o crónicas, en parte recogidas en los libros canónicos y en parte perdidas. Así tenemos:
  • Libro de las Guerras de Yahvé (Num 21,14);
  • Libro de Yashar (Jos 10,13);
  • Hechos de Salomón (1 Re 11,41);
  • Anales del Reino de Judá (citados 15 veces desde 1 Re 14,29 hasta 2 Re 24,5);
  • Anales del Reino de Israel (citados 17 veces desde 1 Re 14,19 hasta 2 Re 15,31),
  • así como la colección poética Libro de los Cantos (1 Re 8,1213).

Literatura profética
Junto a la literatura histórica surge la profética. Parte de los oráculos proféticos (por ejemplo, los de Elías y Eliseo) está incluida en los libros históricos.

Parece además probable que existieran colecciones de oráculos que luego fueran, en parte, recogidas en esos libros; por ejemplo: la Historia del Vidente Samuel, del Vidente Natán o del Vidente Gad (1 Cr 29,29), la Historia del profeta Natán (2 Cr 9,29), la Profecía de Ajías el Silonita (2 Cr 9,29) o las Visiones de Yedó el Vidente (2 Cr 9,29).

El primer profeta escritor fue probablemente Amós, en el s. VIII, al que siguen tres series cronológicas, hasta el periodo persa:
  1. Amós, Oseas, Miqueas, Isaías en el s. VIII;
  2. Sofonías, Nahum, Habacuc, Jeremías en los s. VII-VI;
  3. Ezequiel y el Déutero-Isaías en el Destierro; Ageo, Zacarías, Malaquías, Jonás, Joel, Abdías en los s. VII-V.
De otra parte la colección de los Salmos se reinicia en el periodo monárquico y se amplía hasta la época macabea.

Después del destierro en Babilonia, se reanuda la actividad historiográfica mediante la composición del segundo grupo de libros históricos (de inspiración sacerdotal) que son: 1 y 2 Crónicas y Esdras-Nehemías en la segunda mitad del s. III.


Literatura sapiencial
El periodo post-exílico conoce otras formas de expresión literaria que ocupan el puesto de la producción profética anterior: es la corriente sapiencial, cuyos orígenes se hacen remontar a Salomón (colecciones primeras de Proverbios), pero que alcanzará apogeo en época tardía; a este género pertenecen: Proverbios, Job, Cantar de los Cantares, Eclesiastés, Eclesiástico y Sabiduría.

De este tiempo son también algunos libros de aspecto histórico, pero de estructura historiográfica diferente de la clásica: Tobías, Judit, Ester.

La parte de literatura histórica del Antiguo Testamento se cierra con los Libros de los Macabeos.

Una forma literaria típica de los últimos tiempos del judaísmo fue la apocalíptica, que tiene su modelo en el Libro de Daniel.

Literatura extracanónica
La literatura extracanónica de la época postexílico es abundante:
  • De estilo apocalíptico son los apócrifos de Henoc, Jubileos, Testamento de los XII Patriarcas, Asunción de Moisés, Salmos de Salomón, IV Libro de Esdras. Apocalipsis de Baruc, etc.
  • La secta de Qumrán compone también sus propios libros: la Regla de la Comunidad, los Himnos, la Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de las Tinieblas, el Documento de Damasco, Comentario a Habacuc, etc.
  • En la diáspora de Alejandría surge toda una escuela filosófico-teológica cuyo principal representante es Filón .

Ahora bien, la producción literaria israelita, como acabamos de ver, no se limitó a los libros canónicos. Surge así una cuestión: ¿cómo se realizó de entre esa producción la selección de los libros canónicos? ¿Cómo se formó el canon israelita?

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