Con Jesús por la mañana.
«Querer acercarse a Jesús implica hacerse prójimo de los hermanos, porque nada es más agradable al Padre que un signo concreto de misericordia. Por su misma naturaleza, la misericordia se hace visible y tangible en una acción concreta y dinámica. Una vez que se la ha experimentado en su verdad, no se puede volver atrás: crece continuamente y transforma la vida. Es verdaderamente una nueva creación que obra un corazón nuevo, capaz de amar en plenitud, y purifica los ojos para que sepan ver las necesidades más ocultas» (Papa Francisco). Deja que estas palabras resuenen en tu corazón. Ofrece tu día por las intenciones del Papa.
Con Jesús por la tarde.
«Jesús tomó la palabra y les dijo: «En verdad, en verdad les digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que ve hacer al Padre» (Jn.5,17-30). Que tus acciones se parezcan a las de Jesús, para que sintonicen con el amor del Padre. ¡Anímate! Repite al ritmo de tu respiración «Señor, dame tus sentimientos para sentir como Tú».
Con Jesús por la noche.
Agradece los encuentros. Trae a la memoria las personas que hoy encontraste. ¿Recuerdas a alguien en especial?¿Qué ha sido significativo para ti de ese encuentro? ¿Qué sentimientos te ha dejado? ¿A qué te han movido esos sentimientos? Agradece a las personas de este día y ofrécelas a Dios para que las cuide.
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