Muchas veces nos sentimos atormentados por causa de las cosas que suceden en nuestro día a día, pues es imposible vivir sin problemas. Pero Dios quiere que seamos fuertes y, si creemos en Él, tendremos esa condición.
Cuando lo real y la fantasía se mezclan en nuestra mente y parecen hacer círculos, nuestra imaginación alcanza nuestras emociones y se torna lo que, en realidad, era un pequeño problema en uno grande.
Nuestros Dios es nuestra fortaleza, y para conquistarla necesitamos confiar en Él. Tal vez estés enfrentando un problema difícil, pero si lo analizas percibirás que no es tan grande, es apenas una táctica del enemigo para que seas vencido.
Tu hermano,
Mons. Jonas Abib.
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