martes, 15 de mayo de 2018

APRENDER EN SILENCIO

“La meditación no es tiempo de palabras, por bellas y bien fraseadas que estén. Todas nuestras palabras resultan totalmente ineficaces cuando se trata de penetrar en el misterio de Dios, en la profundidad de la comunión con Dios, cuya Palabra, presente en nuestro interior, es antes y después de todas las palabras: “Yo soy el Alfa y la Omega”, dice el Señor.
Si queremos entrar en esta santa y misteriosa comunión con la Palabra de Dios que habita dentro de nosotros, tenemos que tener el coraje de volvernos más y más silenciosos. En este profundo silencio creador encontramos a Dios de una manera que trasciende todas las capacidades de entendimiento y de lenguaje. No podemos aprehender a Dios pensando sobre él…”
 (John Bain)



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