Una disciplina importante en la vida del Espíritu es la de la lectura espiritual. A través de la lectura espiritual podemos tener cierto control sobre lo que entra en nuestra mente. Diariamente nuestra sociedad nos bombardea con innumerables imágenes y sonidos. Pero, ¿Queremos realmente que nuestra mente se convierta en el contenedor de la basura del mundo? ¿Queremos que nuestra mente se llene de cosas que nos deprimen, nos confunden, nos excitan, nos repelen o nos atraen, sin tener ocasión de pensar si es bueno para nosotros o no? ¿Queremos dejar que sean otros los que decidan lo que ha de entrar en nuestra mente y determinar nuestros pensamientos y sentimientos? Evidentemente que no; pero dejar que sea Dios, y no el mundo, el Señor de nuestras mentes, requiere una verdadera disciplina. Ello requiere que no solo seamos sencillos como palomas, sino también astutos como serpientes. Por eso la lectura espiritual es una disciplina tan beneficiosa. Nuestros pensamientos y sentimientos quedarán profundamente afectados si llevamos siempre con nosotros un libro que continuamente orienta nuestra mente en la dirección en la que queremos ir. Aunque solo leamos quince minutos diarios esos libros, pronto comprobaremos cómo nuestra mente va dejando de ser un contenedor de basura para convertirse en una vasija llena de buenos pensamientos. Pero la lectura espiritual no consiste solo en leer sobre cosas y personas espirituales. Consiste en leer espiritualmente, es decir, de una manera espiritual. Leer de una manera espiritual es leer deseando que Dios se acerque a nosotros. No es leer para dominar un saber, una información, sino para que el Espíritu Santo nos domine a nosotros. Es un dejar que Dios nos lea a nosotros a través de la lectura, y nos descubra quienes somos.(Henri Nouwen)
domingo, 13 de mayo de 2018
LECTURA ESPIRITUAL
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