Madre, del Cielo, Virgen Bendita,
toda mañana, para nosotros,
es como un nuevo comienzo.
El sol sale y asoma sobre nuestras vidas una nueva oportunidad.
Oportunidad de llenarnos de nuevas fuerzas,
oportunidad de renovar el ánimo, las ganas, los deseos;
Oportunidad de reanimar nuestro ser entero desde Tu Corazón Bendito,
de comenzar a construir junto Tu Hijo, Nuestro Señor.
Intercede por nosotros para que dejemos atrás lo viejo, lo caduco, lo doloroso.
Que podamos abrirnos a Su Bendición.
Ofreciendo nuestras vidas,
Ofreciendo a Él, Rey y Señor de todas las cosas,
nuestras familias para que sean llenas de Espíritu Santo
y caminemos senderos de unidad.
Que desde Ti, Madre del Cielo, Madre del Trabajo,
y para nuestro crecimiento,
todo buen proyecto encuentre realización.
Vuelve Tu mirada maternal sobre nuestras vidas,
sobre los desvelos, luchas, alegrías y expectativas.
Derrama la abundancia de Tu Amor, cuya Fuente,
es la Gracia que trajiste con amor al mundo: Jesús!
¡Amén!
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