#63
“No se trata de una devoción solo de oraciones y prácticas piadosas. Al Espíritu Santo, es debida “una particular devoción” que consiste en corresponder fielmente a Sus luces, a Sus gracias, a Sus inspiraciones. En otras devociones (como a María Santísima y a los santos) rezamos, y el “Rezado” nos responde a las súplicas con favores y gracias, y está bien. Pero en la devoción al Espíritu Santo, es Él mismo el primero en actuar, porque nos ilumina, nos atrae, nos mueve, nos arrastra para el bien, nos une a Sí, y nosotros correspondemos a sus dulces impulsos, cooperando con El para nuestra santificación y para la de los otros.”
Beata Elena Guerra
Pensamientos de Fuego
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