#68
“El último y el mas consolador misterio de nuestra salvación fue el del envío del Espíritu Santo, el cual llenó de Sí mismo y de todos los bienes los apóstoles que, inflamados de celeste ardor y salidos del Cenáculo para llevar verdad y salvación a toda la tierra, infundieron también en los nuevos cristianos la más fervorosa devoción al Paráclito. El fruto de esta devoción fue aquella ardiente caridad y aquella invencible fortaleza que todos admiramos… Aquellos que todavía Lo honran son inspirados a formar como un nuevo Cenáculo y, así, con fervorosas oraciones, hacerlo regresar al Espíritu Divino sobre esta tierra”.
Beata Elena Guerra
Pensamientos de Fuego
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