En la medida en que vamos haciendo renuncias, Dios nos va dando todo lo demás, porque cuando somos fieles, el Señor es fiel, cuando hacemos nuestra parte, Él hace la parte de Él. En el pasaje del joven rico, el propio Pedro le dice a Jesús: “Nosotros lo hemos dejado todo…” Y Jesús dice: Ni uno de ustedes que deje padre, madre, hermano, hermana, casas y tierras por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno en esta vida en hermanos, hermanas, padre, madre, en los hogares, en la tierra, en esta vida y en la otra, la vida eterna”
A partir de eso comenzamos a vivir un problema, porque es muy fácil vivir la pobreza cuando no tenemos nada, pero es muy complicado vivirla cuando tenemos en abundancia.
Yo nunca estaba buscando nada, solamente fui renunciando y poniendo todo a disposición del Reino de Dios, desde aquella época en que me he entregado por completo a los jóvenes, a los encuntros y la Renovación Carismática Católica. Hasta mi salud, la coloque para el Reino. Y lo impresionante es que en la medida en que la fui colocando, desgastándome como la vela que se consume hasta el fin, Dios me fue dando el ciento por uno. El Señor quiere darte el ciento por uno a vos y a tu familia también. ¡No tengas miedo de abandonarte en Sus manos!
¡Dios te bendiga y bendiga tu casa!
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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