Ven a orar en mí!
Ilumina mis oscuridades, enciende en Tu Fuego mis tibiezas,
Enséñame el lenguaje de la misericordia.
Dame el saber reconocerte siempre;
Regálame Tu Paz, alcánzame la verdadera y eterna sanación,
abre nuevos horizontes, allana todo camino;
No permitas que el abatimiento ponga en mí su nido.
Ni la tristeza acampe, ni el orgullo domine,
ni el desasosiego gobierne.
¡Amén!
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