domingo, 8 de febrero de 2015

Buen día, Espíritu Santo!

Señor, Tú eres mi Fortaleza,
mi Castillo, mi Roca, mi Libertador,
por eso me atrevo a levantar mi voz para pedirte:
¡Ven a ayudarnos!
Como la suegra de Pedro venimos a pedirte que nos ayudes.
Como a los enfermos de aquella puerta
necesitados de una palabra de poder
clamamos que nos levantes.
Envía sobre Tu Pueblo, hoy y aquí,
en lo concreto y en lo real, Tu Espíritu Santo!
Que Él sea nuestra Libertad!
¡Amén!



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