jueves, 5 de febrero de 2015

Caminar sin dar vueltas...


«Contamos con muchos cristianos inmóviles. Tienen una esperanza débil. Sí, creen que existe el cielo pero no lo buscan. Siguen los mandamientos, cumplen los preceptos, todo, todo; pero están inmóviles. Y el Señor no puede sacar levadura de ellos para hacer crecer a su pueblo. Y esto es un problema: los inmóviles».

«Luego están los otros, los que se equivocan de camino. Todos nosotros algunas veces nos hemos equivocado de camino». Pero el problema, «no es equivocarse de camino. El problema es no volver cuando uno se da cuenta de que se ha equivocado. Es nuestra condición de pecadores lo que nos hace errar el camino. Caminamos, pero a veces cometemos esta equivocación de camino. Se puede volver: el Señor nos da esta gracia, de poder regresar».

Y «hay otro grupo que es más peligroso porque se engaña a sí mismo». Son «los que caminan pero no hacen camino. Son los cristianos errantes: dan vueltas, dan vueltas como si la vida fuese un turismo existencial, sin meta, sin tomar en serio las promesas. Los que dan vueltas y se engañan porque dicen: “Yo camino...”. No; tú no caminas, tú das vueltas. En cambio el Señor nos pide que no nos detengamos, que no nos equivoquemos de camino y que no demos vueltas por la vida. Nos pide que miremos las promesas, que sigamos adelante con las promesas», como el hombre del Evangelio de Juan, que «creyó en las promesas de Jesús y se puso en camino».
Y la fe se pone en camino.

Francisco
Mensaje en Santa Marta 31 de Marzo de 2014

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