Cuanto más evitamos una situación, más nos asusta
Es común, al herir nuestras relaciones, decir frases como estas: “Nunca más voy a involucrarme con otra persona”, “Nunca más confiaré en otra persona”. Y, a partir de estas frases, de hecho, la persona jamás se abre a otras posibilidades ni evaluá a las personas o situaciones de diversas formas.
Muchas veces, percepciones distorsionadas, interpretaciones exageradas o extremamente negativas determinan la forma como pasamos a ver el mundo, las personas y las relaciones. A partir de ahí, una especie de cierre se produce en nuestra vida y comenzamos a evitar situaciones o personas. ¡Y cuantos de nosotros ya no vivimos eso!
Los conceptos que vamos construyendo sobre el mundo están directamente relacionados con nuestras percepciones, creencias, cultura y a nuestros valores ; a menudo, también vinculados a nuestros diálogos internos, los cuales parecen extremamente reales, es decir, nos llevan a creer en cosas que ni siempre corresponden con la verdad de los hechos.
Por ejemplo: muchas personas se quejan de miedos intensos y quedan bloqueados para hacer algo. Si nos detenemos y miramos a fondo, no siempre ese miedo corresponderá a algo posible de ocurrir. Sucede que, al pensar de forma negativa y disparar una serie de pensamientos distorsionados sobre una situación, todo nuestro cuerpo se moviliza; entonces, surgen las fobias, el pánico, la desesperación, una ansiedad aumentada que, al final, se mueve directamente con nuestro cuerpo.
Así como sucede con el miedo, cuando nos confrontamos con una situación que nos bloquea, podemos pensar en algunas formas de lidiar con tales sentimientos:
1- Busca comprender de donde vienen estos sentimientos y, si de hecho, ellos se corresponden a algo posible de ocurrir, o si son una exageración de tus pensamientos;
2- Enfrenta la situación, y actúa racionalmente, eso ayuda especialmente en la superación de una dificultad. Cuanto más evitamos una situación, más ella nos da miedo.
3- Busca analizar la situación de una u otra forma. Si existe por ejemplo, una dificultad en las relaciones afectivas, no necesariamente tu necesitas aislar y cerrar al otro. Piensa en lo que sucede con las relaciones, qué posicionamiento debemos tomar, como ves el mundo y busca una nueva forma de actuar y evaluar tus pensamientos;
4- Cuando estés pasando por un momento difícil, busca respirar y evaluar la situación. No huyas de lo que esta sucediendo y evita una postura de cierre. Recuerda: aunque algo no salió bien mas de una vez, no significa que tu estas condenando a las cosas tristes, busca tener una relación positiva.
Cuando aprendemos a reconocer nuestros pensamientos, podemos tener una actitud delante de los acontecimientos. Para dejar de lado las ideas negativas, dejamos que una forma de ver la vida más racional y equilibrada se haga presente. Seguramente, todo lo que nos rodea va recibir los resultados positivos de este cambio de pensamiento y comportamiento.
Elaine Ribeiro dos Santos
Psicóloga Clínica y Organizacional, colaboradora de la Comunidad Canción Nueva
Psicóloga Clínica y Organizacional, colaboradora de la Comunidad Canción Nueva
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