Señor, en tus manos está nuestro día,
en Tu Corazón nuestras vidas.
Otórganos la gracia de abrirnos a Tu acción,
la gracia de abrirnos a Tu Amor
que todo lo cura, todo lo sana, todo lo restaura.
Derrama Tu Espíritu y danos Sabiduría.
Derrama Tu Paz y danos paciencia,
para construir en unidad,
para construir en fraternidad,
Abre nuestros ojos para descubrirte velado en el sufriente;
nuestros oídos para escucharte silencioso en el doliente,
y si la prueba toca nuestra puerta,
si el desaliento intenta robar lo sembrado,
danos el proclamar con fe: ¡Tu Gracia me basta!
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