En su mayor parte, estos santos son personas tal como nosotros, sólo que ahora ellos están en el cielo. La vida que tuvieron fue muy parecida a la nuestra: los mismos deseos, dudas y luchas para seguir fielmente a Jesús. ¿Eres tú, querida lectora, una esposa, madre o maestra? Entonces, contempla a Santa Isabel Ana Seton. ¿Rezas tú por tus familiares que han dejado de creer o de ir a la Iglesia? Pídele a Santa Mónica que también rece por ellos. ¿Luchas con el tiempo para poder rezar, trabajar y descansar? Deja que San Benito te ayude.
La fiesta de hoy nos recuerda que los santos que están en el cielo no son sólo los que son famosos, como la Madre Teresa, Francisco de Asís o Antonio de Padua. En la lista también están los nombres de nuestros padres, abuelos, amigos e incluso sacerdotes y párrocos que ya han fallecido. Los que fueron más cercanos a nosotros en la vida terrena también lo son en el espíritu ahora, o sea ¡todos tenemos una especie de grupo de apoyo en el cielo! Desde allá ellos nos contemplan con amor e interés, y lo que más quieren es ver que vamos creciendo en la plenitud del amor de Cristo.
Para aprender a apreciar más a los santos, usted puede leer libros sobre algunos de ellos. Haga una lista de los santos que usted más quiere que recen por usted, y esa podría ser su propia Letanía de Santos. Luego, tómese un tiempo cada día para pedirles ayuda. Recuerde que ellos están en una posición inmejorable para hacer justamente eso.
“Gracias, Señor, por todos los santos que están rezando por mí y me ayudan cada día. Te alabo, Jesús mío, por prepararme un lugar junto a ellos, donde puedo adorarte para toda la eternidad.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario