Ninguna criatura será capaz de separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Nuestro Señor. “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? “ (Rm 8,31).
Como Jesús mismo nos confirma: “¡En el mundo, tendréis muchas aflicciones, pero coraje, yo vencí el mundo!” San Pablo, también, después de mucho sufrir por el Evangelio de Cristo, entiende por el Espíritu Santo que en Dios somos más que vencedores.
No es la ausencia de enemigos, porque ellos son siempre constantes y grandes en la astucia, pero es el poder de Dios en nuestras luchas cotidianas que nos hace victoriosos. El Faraón, con sus coches de guerra, parecía indestructible delante de los debilitados israelitas, pero como el Señor estaba con ellos, el faraón fue aplastado y los pequeños siervos del Señor tuvieron una gloriosa victoria. Datos como estos vemos en toda la Sagrada Escritura.
“Aquel que tampoco ahorro su propio Hijo, antes bien lo entrego por todos nosotros, ¿como nosotros no daremos a él también todas las cosas?”. Porque es así que esta escrito: “Por tu causa somos entregados a la muerte; fuimos considerados como ovejas destinadas al matadero”. ¡Pero, en todo eso, somos más que vencedores, gracias Aquel que nos amó!
Señor, resguardo tus palabras en mi corazón:
“¡Coraje, yo venci el mundo!”
“Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.”
Rm 8, 38-39
Luzia Santiago
Cofundadora de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugues
fuente: Portal Canción Nueva en español
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