Cuando la Luz del día se abre camino,
Tú Luz que no conoce ocaso
viene a mi mostrándome el camino a seguir.
Tú eres mi Amor, mi Luz y mi Camino.
Tú eres la Bendición que espera por mi.
¡Es bueno saber que eres Tú, sólo Tú, el Dueño de todo!
Tú gobiernas mi vida, mi querer, sentir y obrar,
mis pensamientos y mis victorias;
Tú que eres el Dueño de mis palabras y silencios.
Lléname de tu gracia y santifícame con Tu Presencia!
Dime, ¿qué podemos hacer juntos hoy?
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