Jesús quiere que, para sus discípulos, el ayuno sea distinto de lo que mucha gente piensa.
En lugar de representar un tiempo de puro sacrificio y penitencia, el ayuno cristiano puede llegar a ser realmente una ocasión de profundo gozo y esperanza.
El Señor dijo que cuando él, el Novio, fuera quitado, los invitados a la boda, es decir sus discípulos, ayunarían. Sin embargo, también sabemos que prometió estar siempre con sus fieles (Mateo 28, 20) y en realidad está siempre con nosotros de muchos modos distintos: en su Palabra en la Escritura, en la Sagrada Eucaristía, en su Iglesia, en sus ministros ordenados y en la oración de la comunidad cristiana. Por lo tanto, para los cristianos el ayuno no debe ser una señal de duelo, porque de muchas maneras reales y palpables ¡el Novio está todavía con nosotros!
Para los hijos de Dios —todos los que conocen la presencia de Jesús en su corazón— el ayuno ha de relacionarse con la oración, porque cuando nos negamos de una manera u otra, descubrimos que podemos interceder con más fuerzas por las necesidades de los demás; sabemos más claramente lo que anhelamos, nos sentimos más libres de las garras del mundo, y nos damos cuenta de que en el corazón tenemos hambre de Jesús.
Cuando combinamos el ayuno con la oración, nos sentimos más capaces de vencer el mal y concentrarnos en las cosas que realmente importan. Así podemos librarnos de las distracciones y escuchar al Señor con más claridad, junto con apreciar mejor aquello que tenemos y orar por los que tienen menos. Finalmente, el ayuno y la oración nos animan a trabajar por la justicia, la paz y la misericordia en este mundo.
Pero, ¿es en realidad posible ayunar con alegría? ¡Sí, lo es! De hecho, este ayuno “agradable” es el que el Señor quería ver cuando pronunció el Sermón de la Montaña (Mateo 6, 16-18). Y tú, querido lector, ¿por qué no experimentas el “ayuno agradable” en esta Cuaresma? Decide hacer un ayuno razonable y pídele al Espíritu Santo que te guíe en las intenciones por las que vas a pedir, y recuerda que Jesús, el Novio, ¡está siempre contigo!
“Señor Jesús, ayúdame a ayunar ‘contento’ en esta Cuaresma y trabajar para que tu Reino se consolide más en el mundo. Usa mi oración y mi ayuno, te lo ruego, para que haya mayor bondad en el mundo actual.”Isaías 58, 1-9
Salmo 51(50), 3-6. 18-19
fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros
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