Señor, confieso en la mañana que desisto fácilmente.
El mundo pareciera querer verme vencido,
pero de algo no quiero desistir:
De Tu Presencia y de Tu Abrazo.
Muéstrame el camino, hoy decido emprender ese sendero
y solo voy a parar cuando Tu abrazo lo encuentre rodeándome.
No hay comentarios:
Publicar un comentario